En la casa del sol, los tiempos se suspenden. No ocupan los mismos lugares que en otros tiempos, que en otros espacios. Hay otro Tiempo allí. Esperamos con ansias, no con urgencias, porque el Inti raymi va a llegar, lo sospechamos, va a llegar.
Gobiérnanos el cronos de la palabra que nunca peca de autoritario porque siempre pone los puntos donde hay que ponerlos. Así, si alguno pronuncia su ego con efusividad el hartazgo generalizado lo invitará a callar, y si ego no atiende a las advertencias, el gesto comunitario será quizás la palabra, quizás el silencio, quizás la acción, pero siempre una palabra sabia, cargada de saber popular, siempre un silencio tibio, de comprensión, siempre una acción amorosa o calma, de no confrontación.
La energía no se gasta en cualquier cosa, hay que reservarla hasta que aparezca el Inti, cuando se renueva. El frío crepita, pero conserva dicen. Habrá una fiesta al amanecer, no hay porqué temer. La esperanza es científica.
El abuelito fuego nos ampara, con sus llamas abraza nuestras tristezas, ilumina otras posibilidades.
Melina-domingo 26 de junio de 2011
Hace 3 años