domingo, 2 de noviembre de 2008

Le gustaba caminar como Jhon Travolta y contar los números que anuncian la temperatura en la pantalla del televisor a la hora del noticiero. Se sentía mal cuando la cuenta no le daba 100. Por aquella época también había incorporado a su recien estrenado vocabulario académico de ingresante universitario, el término epígono, con el que luego intentó caracterizarnos en los tiempos muertos que nos regalaba/nos sacaba el sarmiento, y explotó hasta el hartazgo una vez consumidos Wittgenstein y la filosofía del lengüaje. Sabía, además, todo lo que hay que saber sobre la cría de conejos, gracias a la revista Supercampo, que su papá compraba con religiosidad ortodoxa todos los meses mientras el deseo de hacerse de unas hectáreas en el interior en algun momento de la vejez, se volvía lechuga en la huertita de atrás de la casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Melina, soy Lucas, de La Coctelera.

Por aqui conociendo.

Un consejo... no restrinjas los comentarios de tu blog solo a personas con Id de google o de OpenId. Habemos algunos que no tenemos ninguna de las dos.

Melina Sánchez dijo...

Hola Lucas: Cómo va? Qué bueno que hayas pasado por mi blog, gracias¡
Te cuento algo?, no tengo ni idea de cómo configurar el blog para que cualquiera deje sus comentarios, que es lo que quisiera hacer. Así que si me das una mano, lo cambio.

Bueno, saludos.
Estamos en contacto.
Qué sabés de Gustavo Bolíbar?