martes, 21 de octubre de 2008

Máquina Hamlet ( Heiner Müller )

MÁQUINA HAMLET
Heiner Müller


1. ÁLBUM DE FAMILIA

Yo fui Hamlet. De pie a orillas del mar conversaba con la rompiente, BLA-BLA, a mis es­paldas las ruinas de Europa. Las campanas anunciaban exequias ofi­ciales, asesino y viuda una misma pareja, en paso de ganso detrás del alto cadáver los consejeros llo­rando al ritmo de una pena mal paga DE QUIÉN ES EL CUERPO / EN EL COCHE DEL FÉRETRO / POR QUIÉN TANTO LLANTO Y GEMIDO / POR QUIÉN / ES EL CADÁVER DE UN HOMBRE GENEROSO EN LIMOSNAS el pueblo en posición de firmes, fruto de su arte de gobernar ESTE ERA UN HOMBRE QUE SÓLO SABÍA TOMAR TODO DE TODOS. Paré la marcha fúnebre, clavé mi espada en el féretro, se rompió la cuchilla, con la punta rota abrí el ataúd y repartí al progenitor muerto CARNE QUE LLAMA A LA CARNE entre los miserables. El luto se transformó en júbilo, el júbilo en chasquido de hambrientas mandíbulas, sobre el féretro vacío el asesino se montó a la viuda TE AYUDO TÍO LAS PIERNAS BIEN ABIERTAS MAMÁ. Me tiré en el piso y escuché que el mundo giraba al compás de su putrefacción.

I’M GOOD HAMLET GI’ME A CAUSE FOR GRIEF
AH THE WHOLE GLOBE FOR A REAL SORROW
RICHARD THE THIRD I THE PRINCEKILLING KING
OH MY PEOPLE WHAT HAVE I DONE UNTO THEE
COMO UNA JOROBA ARRASTRO EL PESO DE MI CEREBRO
PAYASO SUPLENTE EN LA PRIMAVERA COMUNISTA
SOMETHING IS ROTTEN IN THIS AGE OF HOPE
LET’S DELVE IN EARTH AND BLOW HER AT THE MOON

Aquí llega el fantasma que me fabricó, el hacha sigue en el cráneo. No te sa­ques el som­brero, sé muy bien que tienes un agujero de más. Ojalá mi madre hubiera tenido uno de menos cuando estabas dentro de la carne: me habría evitado a mí mismo. Deberían co­ser a todas las hembras, un mundo sin ma­dres. Podríamos degollarnos en paz, y con cierto optimismo, cuando la vida se hace demasiado larga o la garganta demasiado es­trecha para que salgan nuestros gritos. Qué te pasa, viejo. No te basta con un responso oficial. Vivi­dor, acaso no hay sangre en tus zapatos. Qué me importa tu cadáver. Qué suerte, aún te queda un gancho, a ver si todavía te suben al cielo. Qué es lo que estás esperando. Los gallos están degollados. Ya no se levantará la ma­ñana.

ACASO DEBO
SÓLO PORQUE ES USO Y COSTUMBRE METER UN
TROZO DE HIERRO EN LA CARNE MÁS PRÓXIMA O EN LA OTRA
AFERRARME SÓLO PORQUE EL MUNDO GIRE
SEÑOR, HAZ QUE ME ROMPA EL CUELLO
CONTRA EL BANCO DE LA
TABERNA

Aparece Horacio. Cómplice de mis pensamientos, llenos de sangre, desde que la mañana está velada por un cielo vacío. A BUENA HORA LLEGAS AMIGO MÍO / PARA TU PAGA ES DEMASIADO TARDE / EN MI TRAGEDIA YA NO HAY MÁS LUGAR. Ho­racio, me conoces. Acaso eres mi amigo, Horacio. Y si me conoces, cómo puedes ser mi amigo. Te gustaría hacer del Polonio, el que se quiere acostar con su hija, la deliciosa Ofelia, que entra cuando se le da el pie, mira cómo mueve el culo, un papel trágico. Ho­racioPolonio. Ya sabía que eras un actor. Yo también, yo hago de Hamlet. Dinamarca es una cárcel, entre nosotros está creciendo un muro. Mira lo que crece del muro. Exit Po­lonius. Mi madre la novia. Sus pechos un cantero de rosas, su regazo la fosa de serpien­tes. Te olvidaste del texto, mamá. Te doy letra. LÁVATE EL CRIMEN DE LA CARA, HIJO MÍO, / PONLE A DINAMARCA OJOS DE ENAMORADO. Yo haré que de nuevo seas virgen, madre, para que tu rey tenga una boda con sangre. LA CALLE DEL SENO MATERNO NO ES DE SENTIDO ÚNICO. Ahora te ato las manos a la espalda porque me repugna tu abrazo con velo de novia. Ahora te arranco el vestido de novia. Ahora hay que gritar. Ahora embadurno los ha­rapos de tu vestido de novia con el lodo que se convirtió en mi padre. Con los harapos tu cara tu vientre tus pechos. Ahora te cojo a ti, mi madre por las invi­sibles huellas suyas, las de mi padre. A tu grito lo sofoco con mi boca. No re­conoces el fruto de tu vientre. Y ahora vete a tu boda, puta, ancha bajo el sol de Dinamarca que brilla sobre los vivos y los muertos. Quiero taponar las letri­nas con el cadáver para que el palacio se ahogue en mierda real. Después deja que te de­vore el corazón, Ofelia, que llora mis lágrimas.


2. LA EUROPA DE LA MUJER

Enormous room. Ofelia. Su corazón es un reloj.
OFELIA (CORO / HAMLET )
Yo soy Ofelia. La que el río no retuvo. La mujer con la soga al cuello. La mujer con las venas rotas. La mujer de la sobredosis NIEVE SOBRE LOS LABIOS La mujer con la ca­beza en el horno. Ayer dejé de matarme. Yo estoy sola con mis pechos mis muslos mi regazo. Rompo las herramientas de mi cárcel la silla la mesa la cama. Des­truyo el campo de batalla que era mi hogar. Arranco las puertas de cuajo para que entre el viento y el grito del mundo. Destrozo las ventanas. Con manos sangrantes rompo las fotografías de los hombres que amé y me usaron sobre la cama la mesa la silla el piso. Prendo fuego a mi cár­cel. Y tiro mi ropa al fuego. Desentierro de mi pecho el reloj que fue mi cora­zón. Salgo a la calle vestida con mi sangre.



3. SCHERZO

Universidad de los muertos. Murmullos y susurros. Desde sus lápidas (púlpitos) los filóso­fos muertos arrojan sus libros sobre Hamlet. Galería (ballet) de las mujeres muertas. Mu­jer con la soga al cuello. Mujer con las venas rotas, etc. Hamlet las observa con la actitud de quien está en un museo (teatro). Las muertas le arrancan la ropa del cuerpo. Desde un féretro erguido donde se lee la inscripción HAMLET 1 aparecen Claudio y Ofe­lia vestida y maquillada de puta. Striptease de Ofelia.
OFELIA
Quieres comer mi corazón, Hamlet. (Se ríe.)
HAMLET
(Las manos delante de la cara.) Quiero ser una mujer.
Hamlet se viste con la ropa de Ofelia, Ofelia le pinta una máscara de puta, Claudio, ahora padre de Hamlet, se ríe en silencio, Ofelia le tira un beso con la mano. Hamlet retrocede hacia el féretro con Claudio / padre de Hamlet. Hamlet en pose de puta. Un ángel con el rostro en la nuca: Horacio. Baila con Hamlet.
VOZ (VOCES) desde el féretro
Lo que mataste también habrás de amar.
La danza aumenta en velocidad y en delirio. Risas desde el féretro. Sobre una hamaca, la virgen del cáncer de pecho. Horacio abre un paraguas, abraza a Hamlet. El abrazo queda congelado debajo del paraguas. El cáncer de pecho brilla como un sol.



4. PESTE EN BUDA BATALLA POR GROENLANDIA

Espacio 2 destruido por Ofelia. Armadura vacía. El hacha clavada en el casco.
HAMLET
Titubea la estufa en el desasosiego de octubre.
A BAD COLD HE HAD OF IT JUST THE WORST TIME
JUST THE WORST TIME OF THE YEAR FOR A REVOLUTION
A través de los suburbios va floreciendo el cemento.
El Dr. Zhivago llora
a sus lobos
A VECES EN INVIERNO BAJABAN AL PUEBLO
DESCUARTIZABAN A ALGÚN CAMPESINO
Se quita el traje y la máscara.
ACTOR HAMLET
Yo no soy Hamlet. Ya no represento ningún papel. Mis palabras ya no me di­cen nada. Mi pensamiento se chupa la sangre de las imágenes. Mi drama ya no tendrá lugar. El decorado es construido a mis espaldas. Por gente a quien no le importa mi drama, para gente a quien no le afecta. A mi tampoco me afecta. Yo no juego más.
Sin que el actor Hamlet lo perciba, los utileros traen una heladera y tres te­levi­sores. Ruido de la heladera. Tres canales sin sonido.
El decorado es un monumento. El monumento representa, cien veces am­pliado, a un hombre que hizo historia. Una esperanza petrificada. Su nombre es intercambiable. La esperanza no se cumplió. El monumento está tirado en el piso, demolido tres años des­pués de las exequias oficiales del igualmente odiado y venerado por quienes lo sucedie­ron en el poder. La piedra está habi­tada. En los amplios agujeros de la nariz y los ojos, en los pliegues de la piel y del uniforme del monumento derribado, reside el sector indi­gente de la pobla­ción de la metrópolis. Al tiempo de rigor después de la caída del monumento le sucede la sublevación. Mi drama, si aún tuviera lugar, sería en la época de la sublevación. La sublevación se inicia a manera de paseo, un paseo contrario a las le­yes del tránsito, en horas de trabajo. La calle es de los peatones. Aquí y allá se vuelca algún auto. Pesadilla de un lanzador de cuchillos: desplaza­miento lento por una calle de mano única hasta llegar a una irrevocable playa de estacionamiento cercada por peato­nes armados. La policía, si interfiere el paso, es barrida hacia los costados. Una vez que la marcha llega al sector de los organismos oficiales, un cordón policial la bloquea. Se forman grupos de los que emergen oradores. En el balcón de la casa de gobierno apa­rece un hombre mal enfundado en un frac y también comienza a hablar. Cuando lo al­canza la primera piedra, también él se refugia detrás de la puerta de cristal blindado. El reclamo por mayor libertad se convierte en el grito por el derro­camiento del gobierno. Se empieza a desarmar a la policía, se asaltan dos o tres edificios, una cárcel, una comisa­ría, una oficina de la policía secreta, se cuelga cabeza abajo a una decena de peones del poder, el gobierno recurre al ejér­cito, tanques. Mi lugar, si mi drama aún tuviera lugar, estaría a ambos la­dos del frente, entre los frentes, por encima. Yo, dentro del olor sudoroso de la mu­chedumbre, le tiro piedras a la policía soldados tanques vehículos blinda­dos, cristal blindado. Yo, mirando a través de las puertas del cristal blindado la masa que se agolpa, huelo el sudor de mi miedo. Yo, ahogado por las ganas de vomitar agitando el puño en contra de mí, parado detrás del vidrio blindado. Yo, transido de miedo y desprecio me veo a mí en medio de la agolpada mu­chedumbre, con espuma en la boca agitando el puño en mi contra. Cuelgo de los pies a mi propia carne uniformada. Yo soy el soldado en la boca del tan­que, mi cabeza vacía debajo del casco, el grito sofo­cado bajo las orugas del tanque. Yo soy la máquina de escribir. Yo hago el nudo para la horca de los cabecillas, yo retiro el taburete, yo me rompo la nuca. Yo soy mi propio pri­sio­nero. Yo alimento a las computadoras con mis datos. Hago el papel de saliva saliva­dera escupitajo cuchillo y herida diente y pescuezo soga y cuello. Yo soy el banco de datos. Sangrando en la muchedumbre, recobrando el aliento de­trás de la puerta de cris­tal. Segregando una flema de palabras por encima de la batalla en mi bur­buja imper­meable al sonido. Mi drama no tuvo lugar. Se perdió el texto. Los acto­res colgaron sus caras del gancho del camarín. El apuntador se pudre en su fosa. Sobre las butacas, apestados cadáveres dise­cados no mueven ni un dedo. Me voy a casa a matar el tiempo, unido / con mi yo no dividido.

Televisión Asco Día tras día asco Asco
del palabrerío premasticado
De la felicidad en recetas
Cómo se escribe la palabra CONFORT
el homicidio nuestro de cada día danos Señor
porque tuya es la nada Asco
de las mentiras de los que mienten
a quien sólo le creen los mentirosos
Asco del hocico de los hombres de acción marcada
por la lucha en pos de puestos votos cuentas bancarias
Asco Cuadriga que destella agudezas
Atravieso las calles los centros comerciales caras
con la cicatriz de la lucha por el consumo Pobreza
sin dignidad Pobreza sin la dignidad
del cuchillo del puño armado
del cuerpo humillado de las mujeres
Esperanza de generaciones
ahogada en sangre cobardía estupidez
Risas desde las barrigas muertas
Heil COCA COLA
Mi reino
por un asesino.

YO ERA MACBETH EL REY ME HABÍA OFRECIDO A SU TERCER CONCU­BINA CO­NOCÍA UNA A UNA LAS MANCHAS DE LA PIEL DE SUS CADERAS RASKOLNIKOV DEL CORAZÓN DEBAJO DEL ÚNICO SACO EL HACHA PARA EL / ÚNICO / CRÁNEO DE LA PRESTAMISTA.

En la soledad de los aeropuertos
Recobro el aliento Soy
un privilegiado Mi asco
es un privilegio
amparado por el muro
alambre de púas cárcel.

Fotografía del autor
Yo no quiero más comer beber respirar amar a una mujer un hombre un niño un animal. Ya no quiero morirme. Ya no quiero matar.
Despedazamiento de la fotografía del autor
Yo desgarro mi carne sellada. Quiero habitar en mis venas, en la médula de mis huesos, en el laberinto de mi cráneo. Me retiro a mis tripas. En alguna parte están que­brando cuerpos para que yo pueda vivir en mi mierda. En al­guna parte están abriendo cuerpos para que yo pueda estar solo con mi san­gre. Y tomo asiento en mi mierda, en mi sangre. Los pensamientos son heridas en mi cerebro. Mi cerebro es una cicatriz. Yo quiero ser una máquina. Brazos para agarrar piernas para andar ningún dolor ningún pensamiento.
Pantallas de TV apagadas. Sale sangre de la heladera. Tres mujeres desnu­das: Marx, Lenin, Mao. Cada una en su lengua y todas a un tiempo pronuncian el siguiente texto:
HAY QUE DERROCAR LAS CONDICIONES EXISTENTES EN LAS QUE EL HOM­BRE...
Actor Hamlet se viste y se coloca la máscara.
HAMLET EL DANÉS PRÍNCIPE Y PASTO DE GUSANOS TROPEZANDO
DE HOYO EN HOYO HACIA EL ÚLTIMO HOYO SIN GANAS
A SUS ESPALDAS EL FANTASMA QUE LO ENGENDRÓ
VERDE AL IGUAL QUE LA CARNE DE OFELIA EN LA CAMA DEL PARTO
Y APENAS ANTES DE QUE EL GALLO CANTE POR TERCERA VEZ EL BU­FÓN LE ARRANCA
AL FILOSOFO SU GORRA DE CASCABELES
UN MASTÍN FORNIDO SE METE DENTRO DE LA CORAZA
Entra dentro de la armadura. Hiende el hacha en los cráneos de Marx Lenin Mao. Nieve. Período glaciar.



5. FEROZ ESPERA / EN LA TERRIBLE ARMADURA / MILENIOS


Mar profundo. Ofelia en silla de ruedas. A su lado pasan peces escombros ca­dáveres restos.
OFELIA
(mientras habla, dos hombres de guardapolvo blanco la envuelven con vendas de gasa. También a la silla de ruedas.)
Desde aquí, Electra. En el corazón de las tinieblas. Bajo el sol de la tortura a todas las metrópolis de la tierra. En el nombre de las víctimas. Expulso todo semen que he reci­bido. Hago de la leche de mis pechos un veneno mortal. Retiro el mundo que engendré. Ahogo entre mis muslos al mundo que di a luz. Lo entierro en mi sexo. Muerte a la felici­dad del sometimiento. Que vivan el odio, el desprecio, la rebeldía, la muerte. Cuando atraviese la alcoba empu­ñando el cuchillo sabrán la verdad.
Los hombres se retiran. Ofelia permanece sobre el escenario, inmóvil debajo del envolto­rio blanco.

Traducción: DIETER WELKE y GABRIELA MASSUH.

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