lunes, 13 de octubre de 2008

No comparto

Mi postura no es racional en este punto en particular, aunque sí lo es, pero la verdad es que cuando escucho o leo a ciertos esnobs puanenses queriéndole encajar la teoría literaria ( no es que yo reniegue de haber querido encajarle teoría y crítica sobre todo, a cualquier cosa que goce de buena salud, pero esnob no soy ) a todo cuánto exista y encima ( y sobre todo ) sobredimensionando sus lecturas por sobre el objeto, simplemente me enojo, por suerte, lo único que puede hacer la crítica basura con "fenómenos" como los que pretende asir el rufián es leerlos.http://nihil.com.ar/

Inauguro así en mi mundo, la sección NO COMPARTO; estas y otras cuestiones que ya han pasado por el filtro de la discusión o que en algunos casos no soportan la crítica productiva, como suelen llamarle, irán al cajón del sastre, terminarán aquí.



El tiempo que nunca se consume
Kevin-Savage cuando lo amamos y actualmente cuando es un chango cara de loco. El tiempo lo arruina todo dijo alguien y Gaspar Noe lo puso en una película que para muchos fue pedorra, pero que a mí me gustó y además la tiene a Monica Belluci que siempre te garpa una peli.En Apocalípticos e integrados Umberto Eco dedica un breve ensayo a analizar algunas características de Superman y sostiene algunos razonamientos muy interesantes. Quizás a esta altura ya no suenen originales, pero sin dudas son verdades que nos cuestan ver a veces.Básicamente es interesante ver su análisis de cómo en el cómic yanqui mainstream la línea temporal está determinada de modo tal que nunca haya un avance. Es decir, se suceden las aventuras, las historias y Superman siempre es el mismo. Nunca envejece y empieza cada nueva aventura en forma casi independiente de los sucesos anteriores. Y esto está todo inmerso en una especie de “tiempo onírico” como lo llama Eco que tanto escritores como lectores de Superman perciben pero no pueden determinar.Dice Eco:
¿Por qué por ejemplo Superman no se casa con la periodista Lois Lane, que le ama desde hace tanto tiempo? Pero si Superman se casara con Lois Lane daría, como ya hemos dicho, un paso más hacia la muerte, plantearía una premisa irreversible.Eco, p.237Lo que tiene su lógica a pesar que como todos sabemos, Clark Kent/Superman sí se casó con Lois Lane. Así como Peter Parker/Spider Man se había casado con MJ Watson.Pareciera que pequeños saltos temporales quedan permitidos por necesidades de la trama y sin embargo, son factibles siempre de ser rehechos por los guionistas cuando tengan necesidad de dar un giro de timón: de hecho revivieron a Jason Todd y deshicieron el matrimonio de Peter y Mary Jane, le partieron la columna cervical a Batman y se la arreglaron, mataron y resucitaron a Superman.Si como dice Eco:
Todas sus historias (las de Superman) se desarrollan dentro de una especie de clima onírico – completamente inadvertido para el lector-, en el que aparece muyu confuso aquello que ha sucedido antes y lo que ha sucedido después, y el narrador reemprende una y otra vez el hilo de la narración, como si hubiera olvidado decir algo, y desara añadir algunos detalles a lo dicho. (p.236)entonces todos los contenidos de las historias de superhéroes mainstream podrían ser “Historias jamás contadas de tal o cual” (como de hecho las hay) o versiones alternativas en las diversas realidades multiversales en las que se desarrollan las historias (lo que sucede). No entiendo entonces por qué el empeño por deshacer estos hitos de las historias de los personajes, borrar con el codo esos pequeños pasos hacia la consumación, hacia la muerte del personaje representados por el paso del tiempo.Eco vuelve a atacar y sostiene otra obviedad que no había visto al sostener que el lector de este tipo de literatura de masas busca el placer de la no-historia:
Un placer en el que la distracción consiste en el rechazo del desarrollo de los acontecimientos, en un sustraernos a la tensión pasado-presente-futuro para retirarnos a un instante, amado precisamente por su repetición (p.246) y después también:
El hambre de narrativa de entretenimiento, basada en estos mecasimos, es un hambre de redundancia. Bajo este aspecto, la mayor parte de la narrativa de masas es una narrativa de la redundancia. (p.247)explicando así la emoción que causa leer historias que contienen una estrucutra idéntica, con personajes que repiten sus tics o características peculiares y que eso es precisamente lo que amamos ver (y para narrativa redundante los invito a leer de 1 a 50 novelas de James Hadley Chase para comprobar que, sueño ideal del estructuralista, tienen una estructura que de tan idéntica parece calcada de una a otra).No cabe más que pensar por ejemplo en Seinfeld, una serie en la que cada nueva emisión presentaba a los personajes en una situación inicial casi idéntica. En cada nuevo episodio Jerry o George o Elaine tenían una pareja sexual diferente. Lo que ya es un decir algo de la política moral del programa, pero más allá de eso, lo interesante es ver cómo a medida que se empieza a aproximar el final de la serie se estabilizan ciertas subtramas que se hacen estables: George se compromete con Susan por ejemplo y en este caso, su muerte será la posibilidad de retornar al personaje George (que ya se había empezado a ver adelantado temporalmente al resto de los personajes de la serie) al punto de habitación de un espacio temporal onírico donde cada nuevo episodio podría volver a tenerlo en fojas cero, listo para una nueva tirada de dados
(Podría observarse que una serie de acontecimientos que se repiten según un esquema fijo (iterativamente, o sea que cada uno de los acontecimientos reanudan, con una especie de inicio virtual, el acontecimiento anterior, aunque ignorando el final del mismo) no son nada nuevo en la narrativa popular, constituyendo en realidad, una de las formas características de ella. (p.242)).El gran final de la serie es perfecto en este sentido.La última escena de un producto que ha llegado tan hondo al público solo admite dos soluciones posibles: mueren todos y se liquida la posibilidad de continuaciones o viven felices y comen perdices. Que es un final más endeble porque sigue alimentando la posibilidad de una continuidad suspendida en el espacio. Por eso no pueden morir Batman o Superman, porque todavía quedan públicos que necesitan leerlos.Y sin embargo Jerry, George, Elaine y Kramer caen presos. Brillante solución: no los matan pero les quitan la posibilidad en un encarcelamiento que será de por vida, de continuar viviendo otras aventuras. Otra gran solución: el final de Los Soprano que funde a negro y deja todo abierto.Me pregunto qué solución le darán al final de Lost o Los Simpsons.
Brillante y oscuro. El perturbador final de Seinfeld.Y en el otro extremo, una de las series más entrañables de todos los tiempos: Los años maravillosos. Creo que lo que hizo que la serie fuera radical a nivel narrativo fue que precisamente planteó, en formato programa de televisión-entretenimiento masivo, una historia basada en una temporalidad progresiva, donde los personajes cambiaban y veíamos su progreso. No recuerdo otra serie que se haya tomado tan en serio este sentido de progresión en vez de sustentarse en la repetición de esquemas y formas que el público quisiera ver como hacen los productos masivos (la narrativa de la redundancia como decía Eco antes).Sí, era horrible verlo a Kevin crecido, adolescente y perdiendo la inocencia, pero también introducía una forma totalmente nueva, extraña y hasta radical de narración popular y por eso nos gustó tanto.Así como nos gusta tanto que maten a Robin y así es como añoraríamos que realmente permaneciera muerto, que Batman se acercara realmente un paso más a la muerte.

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